domingo, 9 de agosto de 2020

NEGOCIACIÓN, NEGOCIACIÓN Y MÁS NEGOCIACIÓN.

 

Durante la explicación — Foto de Stock


En base al momento histórico que vive la humanidad por la pandemia del coronavirus y la posible reapertura escalonada de las actividades, consideramos oportuno hablar sobre la negociación y los beneficios que aporta a corto, mediano y largo plazo.

Negociar significa, en pocas palabras, buscar una o varias salidas viables para todas las partes, de manera que todos logren un beneficio, compartan las cargas proporcionalmente y se eviten los resentimientos. Vale la pena indicar que una buena negociación requiere pocos ingredientes: voluntad, seriedad, paciencia y buscar el bien común. Constituye un craso error, de cualquier de las partes negociadoras, utilizar una posición ventajosa y temporal en detrimento de la contraparte. Esa mentalidad solo consigue postergar el conflicto para reanudarlo posteriormente cuando dicha ventaja haya desaparecido, sea ineficaz o la contraparte equilibre las cargas fortaleciendo su posición.

Las imposiciones o los puntos no negociables no deben forman parte de una verdadera negociación y menos si esta no ha iniciado. Con el fin de evitar lo antes expresado hay que saber manejar la mesa de negociación, iniciando por los temas menos conflictivos y, posteriormente, avanzar con el resto. Lo importante es mantener el ambiente positivo y la disposición para llegar a consensos reales.

Para que la reapertura de las actividades ( empresariales, laborales, educativas, religiosas, etc. ) sea efectiva, se requiere que todos los actores depongan sus intereses y busquen una implementación escalonada y conforme a las normas sanitarias que la realidad y el momento requieren, de esa manera, se podrá recuperar la mayor cantidad de empleos de calidad o por lo menos, a los mismos niveles en que se encontraban antes de que se decretara el estado de emergencia nacional y se ordenara el cierre de las empresas.

Los beneficios tangibles de una buena negociación son:

1. Comprensión del problema.

2. Evitar que el conflicto se agrave o se salga de control.

3. Las partes se sientan representadas, escuchadas y respetadas.

4. Toma de decisiones en consenso.

5. Implementación de los acuerdos.

Los peligros de la falta de negociación son: intolerancia, pérdida de la confianza y de la comunicación entre las partes, lo cual termina por agravar el o los problemas.

La situación actual nos ha mostrado la debilidad de nuestras instituciones y la falta de coordinación entre las mismas, lo cual debe mejorar hacia el futuro. Por otro lado, nos ha obligado a replantear nuestro modelo existencial, revelándonos que el bienestar de las personas está por encima de lo material; además, queda claro que “solo podremos superar esta situación si todos deponemos los intereses sectarios, regionales o personales y actuamos juntos en búsqueda del bien común”.

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